19 septiembre 2007

El rebaño

Hace un par de días alguien me hizo una pregunta inocente:

"¿Te consideras una oveja?" (se entiende por oveja de la sociedad, para los malpensados).

Acto seguido y sin dudarlo respondí que efectivamente, no. Pero es ahí donde nos pusimos a meditar: ¿Hay alguien que realmente se considere un borrego de la sociedad? No creo que nadie sea tan tonto de pensar algo así de sí mismo... Y por otra parte, todos somos borregos, de alguna forma y otra, creo que está implícito al formar parte de una sociedad, si no, seríamos seres aislados...

Y he estado desde entonces dándole vueltas a la cabeza para saber porqué sí y porqué no soy una ovejita.
La primera vez que recuerdo sentirme como "una más del montón" fue la primera vez que compré bebida para hacer botelleo (o botellón). Hasta hace un año y poco yo no bebía, y me sentía especial por eso, porque era la más sana y la que mejor se lo pasaba en las fiestas, no necesitaba el alcohol para divertirme. Pero la sociedad pudo conmigo y me indujeron a beber, fui débil y caí. Ovejita número 1.
Ovejita número 2: me gustan las zapatillas Converse. Me estoy haciendo fashion victim... Eso sí, siempre con estilo propio.
Ovejita número 3: me junto con el resto del rebaño algunos jueves y sábados en un establo llamado discoteca. Y me encanta.

Pero me distingo de los demás en algunas pequeñas cosas...
Especial número 1: me pinto las uñas de los pies de un modo un tanto estrambótico.
Especial número 2: llevo un mechón de pelo más largo que el resto, proveniente de una trenza de padawan (aprendiz de caballero jedi). Sí, lo se, soy una friki, pero los frikis no son borregos...
Especial número 3: cuando voy por la calle tiro la basura a las papeleras (esto parece absurdo, pero es que la moda ahora es tirarlo todo al suelo).

Por ahora no se me ocurre nada más, pero no aparcaré este tema, seguiré meditando...
Adjunto una foto de mi última creación con las uñas de los pies, son feos, lo se. Mi madre solía decirme que se parecen a los de un anuncio de televisión de hace unos cuantos veranos en los que para anunciar la cerveza Cruzcampo, un pie marciano del tamaño de un chiringuito playero, hacía una ola con sus verdes dedos de los pies. Mi madre siempre tan adorable...




Ah, no quiero olvidarme de felicitar a una persona en el día de su "no cumpleaños". :D

15 septiembre 2007

A los descubridores

Últimamente la gente se empeña en dar conmigo. Simplemente, me encuentran...
Y yo lo agradezco.
Sólo espero que aquellas personas que buscan un blog desierto no salgan espantadas por si ven más de un comentario en mis tristes posts...

13 septiembre 2007

Porcentajes y verdades

Es curioso cómo por casualidad salen a tu paso cosas que están conectadas.
Empezaré yéndome por las ramas para acabar en un comentario que ha llamado mi atención.
Este verano, mis amigos de la playa se reían de mi por mi amor incondicional al chocolate (de cacao, por supuesto), hasta que una tarde, Quique acertó al decirme:

"Si te pusieran delante un hombre y un batido de chocolate, el 90% de las veces te quedarías con el batido."

Sin pensarlo, inmediatamente le contesté: "Eso es porque el 90% de los hombres no merecen la pena."

He de decir que me sentí muy orgullosa de mi respuesta y que toda esta conversación la guardé porque quería encontrar el momento de escribir sobre ella, y voilá, me he encontrado un comentario en mi blog que habla precisamente de esto. Y me ha hecho gracia, ya que dice que el 90% de los hombres buscan sexo mientras que el 90% de las mujeres buscan a su príncipe azul. Aunque es una ligera forma de hablar, estoy totalmente de acuerdo. El mundo está descompensado, en fin... qué le vamos a hacer, al menos me reconforta el saber que hay gente que se da cuenta y que piensa como yo.

10 septiembre 2007

Todo mentira

Si hay algo que en estos dos años de convivencia con chicas y experiencias cercanas a muchas relaciones me ha aportado es saber una cosa, y es que todo es mentira. Como era de esperar, esta frase tan utilizada por mi y mis amigas, tiene mucho (todo) que ver con los hombres. Sí, esos seres de los que dependemos desesperadamente y a la vez odiamos, y es que se ríen de nosotras como quieren.
Siempre con halagos y promesas (que nosotras no pedimos), invadiendo nuestra mente poco a poco, en contra de nuestra voluntad, para cuando al fin estamos ahí ahí, enganchadas... ZAS! Todo lo que te había sido prometido se esfuma de repente, y te quedas con cara de boba mirando al infinito y preguntándote con un débil hilillo de voz: "¿Por qué...?". Simplemente, no hay ningún porqué, es así, ellos son así, y por desgracia, no creo que nada cambie.
Y es que conforme vas conociendo gente te das cuenta de que te puedes fiar de muy pocas personas, pero el caso es saber cuándo. Creo que esto me está afectando... toda esta situación hace que te vuelvas más fría y despreocupada, que no te importen tanto las cosas, pero a la vez te sientes vacía al no poder confiar. No se en qué acabará todo este caos social, pero de momento la teoría de que es todo mentira nos ayuda a seguir con pies de plomo.

03 septiembre 2007

Quicote, el del gran... corazón

Hace mucho que no escribo, me suele pasar cuando tengo muchas cosas que contar. Es contradictorio, pero tiene su sentido; en mi caso siento como que se me acumulan y agolpan las ideas, y acabo por agobiarme, y lo dejo. Y me arrepiento porque al final dejo de lado cosas que me gustaría contar.
Bueno, retomando mi blog, que fue abandonado hace un mes y medio, empezaré por hablar de lo que más me ha llenado este verano.
Todo empezó el verano pasado, cuando sin darnos cuenta, el grupo de gente de mi edad, en la playa donde veraneo (Aguamarina - Campoamor), se fusionó con gente unos años mayores que nosotros. El resultado fue muy positivo, con gente de edades comprendidas entre los 19 y 23 años (con excepciones tanto por arriba como por abajo), lo cual nos vino muy bien y ese, se puede decir que fue uno de los mejores veranos que recuerdo.
Fue entonces cuando conocí a Quique, el mayor del grupo, un personajillo muy cómico y cariñoso. No llegué a intimar mucho con él, pero por suerte, mantuvimos el contacto durante todo el año, fortaleciendo nuestra amistad...
Hasta hoy. Y ahora es el que considero mi mejor amigo. El simple hecho de pensar en él me provoca una sonrisa y solo me trae buenos recuerdos a la mente, es para mi una persona muy especial, con él conecto perfectamente y siempre nos entendemos. Es un gran pilar en mi vida, a veces siento que dependo mucho de él... pero en el buen sentido de la amistad, de necesitar contárselo todo y de saber todo lo que piensa sobre lo que hago. Éste ha sido un verano muy especial para mi gracias a él, a que, aunque hayamos estado juntos apenas dos semanas, nuestra complicidad y amistad se ha incrementado, y ahora lo voy a echar mucho de menos...

Siempre hay personas que hacen que la vida merezca la pena, y ésta es una de ellas.

El niño con el pijama de rayas


Sencillamente conmovedor. Muy tierno y aparentemente inocente, supongo que en eso reside su encanto...