21 mayo 2009

pelo mojado con dulce sabor a sal

Apartó la cortina de la ducha e inhaló el cien por cien del 99% de humedad relativa del ambiente,
se inundó los pulmones de felicidad
...de paz
...de esperanza.
Tras ahogar las penas bajo un baño ardiente, se decía para sí, pese a saber que no era del todo cierto, que todo había terminado.
Ahora sentía un suave dulzor al clavar su mirada en el infinito
sentir que la impotencia se esfumaba con cada palabra escuchada al otro lado
sentir que el último recurso parecía dar resultado
sentir que se podía seguir adelante
sentir...
cerrar los ojos y no ver
nada más que una luz al final
sentir...
que no todas las lágrimas son amargas.

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